Ale:
Hoy me levanté a las 5 am. El clima era feroz. El frío, asesino. Mi desgano mezclado con mi cansancio fueron cómplices ideales para no pensar en este día sino hasta un par de horas después. Luego, una vez atravesados los saludos hipócritas de turno, llegué a mi casa y abrí el armario, solo para encontrarme con la remera que me regalaste para un día del amigo. Pero que me la diste al año siguiente, en el mismo día. Si, me diste en un día del amigo el regalo de año anterior y el del mismo año a la vez. A la vez me prestaste una serie que tardé 8 meses en regresarte y prometí conocer tu casa, promesa que hasta el día de hoy no cumplí.
Y hoy vi la remera, y se me escaparon unas lagrimas, aunque prometí no sufrir por tu partida. Me atreví a tomar una decisión importante para mi, y es que si bien no pretendo hacer de tu muerte una tragedia sino un milagro de tu vida, me decidía llevarte siempre conmigo, en la consciencia, en la ropa, en la piel, en la vida.
Estoy preparándote una sorpresa que creo que te va a gustar. Es difícil, porque quiero que sea ingeniosa, cómica y exprese en una sola imagen todo lo que fuiste en mi vida. Por eso es dificil, pero tengo gente dispuesta a ayudarme para que sea digno de vos...
Si todo me sale bien, va a haber una linda anécdota para contar sobre algo que yo haya hecho por vos, como para variar un poco las anécdotas sobre lo que vos has hecho por mi...
Te quiero amigo.
Marcos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario