Domador de Chevys: Chapter ∞ - La rutina de todos los días

El pibe parecía avergonzado y Furcia tenía su usual cara de orto cuando decía "te lo dije". Toro no entendía lo que hablaban pero se acerco igual.

- ¿Interrumpo?

- Siempre - Aseguró Furcia.

- Pendejo, sos el hijo de "El Loco" Dodge, tenés el tatuaje de tu padre en la nuca y el auto cargado de armas. Tu maldito perro casi se come un balazo y te voy a enseñar algunas cosas porque le debo mucho a tu padre, pero a la primera chiquilinada te comes un balazo. ¿Preguntas? - El muchacho abrió los ojos como si estos fuesen a caer de sus orificios y Frucia parecía no reaccionar. Se puso de pie y comenzó lentamente a quitarse los vendajes, las heridas cicatrizadas adornaban su delgado cuerpo y se fue caminando mirando al vacío. No lo vieron por cuatro días.

El Toro no tenía intenciones de averiguar que pasaba con Marcos. Se dio el agasajo de tomar una ducha y llamar a las mejores trolas del lugar para descansar. Al quinto día salió para buscar herramientas para las cañerías que estaban rotas desde hace décadas y mientras revolvía entre llaves y martillos escuchó disparos. Maldijo su suerte, tomó la primer llave inglesa que vio y salió a ver que carajo pasaba.

Dos hombres y una mujer armados hasta los dientes tiraron a balazos la puerta, enfilados lado a lado estaban frente a Furcia que estaba agazapada con su escopeta en la mano en la agujereada barra apuntándoles y el Toro estaba literalmente en pelotas como para hacerles frente.

- Te estábamos buscando Toro.

- ¿Cazarrecompensas? Por favor muchachos, no quiero ensuciar de sangre los calzones.

- Parate, vení tranquilo y no te vamos a matar muy dolorosamente.

- ¿Por qué no me venís a buscar vos, botón?.

- ¡Callate! - La lider pareció no tener paciencia y al tiempo que gritaba disparo cuatro veces, dando en el blanco en todas las ocasiones en sus brazos. El herido domador se incorporo y verificó que las balas hayan atravesado la piel y tomo un cigarrillo y un trago que estaban abandonados en la barra desierta.

- Si realmente quisieran matarme ya lo hubieran hecho. Porque siempre que se ponen a perder el tiempo en lugar de hacer el trabajo se mueren todos.

- Vamos a disfrutar esto un rato Toro nomás, después te cortamos el marote y nos ganamos el dinero que prometió nuestro cliente.

- Les pediría que le envien mis saludos a Dante, pero no creo que vuelvan con él.

- Toro, ¿Algún día vas a aprender a tragarte tus opiniones.

- Por qué no aprendes a tragarte esta...

Todo lo siguiente a ello fue confuso, se escucho un sonido metálico, luego un disparo para que finalmente todo se tiña de color rojo.

Como surgido del mismo averno Marcos apareció detrás de los cazarrecompensas y abrió fuego con su nueva arma en la sien de uno de los visitantes. la bala perforó como manteca el cráneo de los tres, que cayeron enfilados uno sobre otro en el suelo. Atónito, el niño cayó sobre una silla y temblando aseguro "No resultó tan complicado ¿verdad?". El Toro esbozó una leve sonrisa con el cigarrillo en la boca y el trago en la mano "Ahora es todo tuyo amiga, yo me voy a curar" y se fue caminando con dificultad.

- Listo Dodge, ya sabe usarlas.