ATENCIÓN

Los niveles de subjetividad presentes en las publicaciones que usted potencialmente puede llegar a leer pueden generar disconformidad, debate, concenso, vómitos y nauseas. Se sugiere que cualquier persona poco tolerante en cualquier aspecto de la vida se abstenga de leer. Ante cualquier duda, consulte a un proctólogo.

Información personal

Agasajete, llenemos este cuadrarito...

domingo, 31 de enero de 2010

TA TARARA TA TA TA TA TA TA TARARARATARARA (trompetas de 20th century fox)

Llega una superproducción de Rebeldías insubordinadas y Pensamientos Desencadenados. Si, si, leíste bien. Monchito y Thompson se rompieron el cráneo juntos para traerte el:

" PRODE FIAMBRES FAMOSOS 2010 "

Porque ya nos cansamos de enterarnos de sorpresa quienes son las figuras publicas del plano nacional e internacional que se mueren sin permiso, ahora ¡Las decidís vos!. El juego consiste en tomar las categorías que planeamos los organizadores y predecir quienes son las posibles personas que conincidan con esa descripción que se mueran en este año. Inclusive hasta el 31/12 a Las 23:59:59.
La persona con más aciertos se va a ganar una bolsa con 250 grs. de PALITOS DE LA SELVA. Efectivamente, nosotros tomamos todo muy en serio. Y como adoramos los palitos de la serlva también vamos a participar.

Las categorías son:

"¿EN SERIO SE MURIÓ ESE?" (Personalidad joven menor a 35 o que realmente nadie esperaba que se muera.)

"¡YA ERA HORA!"(Famoso que ya estás cansado de verlo salir del borde de la muerte y ya es hora que se deje de molestar.)

"NO TE VAMOS A EXTRAÑAR" (Personalidad famosa, pero odiada.)

"ACCIDENTAL" (Es obvia, pero es cualquier famoso que se muera en un accidente, tragedia, etc.)

Nosotros te mostramos la nuestra, la que planeamos Homero Thompson y Monchito. La originalidad también se premia, contanos la tuya y ganá!

"¿EN SERIO SE MURIÓ ESE?"

Linsday Lohan
Celeste Cid
Angelina Jolie
Andrea Politti

"¡YA ERA HORA!"

"Pity" Alvarez
Lydia Lamaison
"China" Zorrilla
Stephen Hawkins

"NO TE VAMOS A EXTRAÑAR"

Carlos Saul Menen
Antonio De La Rua
Maria Julia Alzogaray
Rafael Videla

"ACCIDENTAL"

Morgan Freeman
Humberto Velez
Santos Biasati
Mariano Grondona



Es una producción original de Pensamientos Desencadenados y Rebeldías insubordinadas. Participación sin obligación de compra, las bases y condiciones ya te las conté. Concurso valido desde hoy hasta el 31/12/2010 inclusive. Cualquier semejanza con lo que pueda pasar en la realidad es una macumba nuestra para ganar el preciado trofeo de alimento saturado en grasas trans. Copyright ® 30 de Enero del MMX. Idea original Pablo Ezequiel D'Alio y Marcos Esteban Ferrin. No está permitido poner valorizaciones de sus elegidos, no nos importa su opinión sobre ellos, sino quien cree usted que se va a morir antes del 2011

sábado, 30 de enero de 2010

Liberación

Recién estaba sentado pensando en blanco, el color blanco. Lo mezcle con celeste y me acorde remotamente de el equipo de football del cual soy, o me digo ser hincha. Y me dí cuenta que no me acordé que hoy comenzaba el campeonato Clausura del football nacional.
Honestamente me sentí muy bien en ese momento, porque quiere decir que poco a poco y cada vez con más frecuencia dejo la esclavitud que algunas cosas me generaban (msn, música, la hora, el calor, la facultad, el trabajo, etc).
Quiere decir que me independicé, ahora mismo de una cosa más en mi vida, del football. Para dale lugar a las cosas en su justa medida, hay que primero aniquilar el exceso, de cualquier cosa.
Así que ya ven, cuando menos se imaginan, se olvidan de las cosas que les gustaban. Tal vez ya no les gustan más, o simplemente ya no piensan que es tan importante.
No se, pero bueno.
Ta' lueguito

Postal Nº 3





Nuevamente les una fotografía fantástica de la espectacular Carla Percivale.

viernes, 29 de enero de 2010

590 VISITAS

DEFINITIVAMENTE, HAY MUCHA GENTE MÁS AL PEDO QUE YO.

Quimica básica I

Acá les dejo mi receta personal de un jugo que descubrí mezclando cosas al azar un día como hoy, de calor.

Duraznos, Ciruelas, Melón, Limón, Gin, Hielo, Agua, Azucar

No importa los numeros, tiene que haber mas duraznos en proporción, después el segundo en cantidad el melón, después yo pongo pocas ciruelas para no irme por el inodoro y limón (jugo).
Todo eso se procesa en una juguera, y despues e le agrega agua en la mitad de la medida de jugo que tengan, gin 1/4 y azucar a gusto. El azucar es para neutralizar la acidez del melón y el limón, sino te agarra cagadera.

Voila, salud!

jueves, 28 de enero de 2010

El niño que queria ser pez



Para que vean lo que hago en vez de darle pelota al blog.

miércoles, 27 de enero de 2010

Avanzar

Es como que me siento raro, una sensación de estupefacción. Es como que estoy tratando de asimilar esta que es mi realidad, estoy empezando a creer en mi mismo. Creen en que si existe algo en el universo que hago innatamente bien. Que nací con un talento, con una virtud. Poco a poco mi entorno me convence de que si soy bueno para algo.
Les estoy hablando del baile. Si, el baile, escucharon correctamente. Me gusta bailar, y generalmente yo bailaba tontamente, en boliches, cumpleaños o fiestas caseras. Pero hace poco mi amiga Ayelen me introdujo en el mundo del baile técnico, o sea, aprender técnicamente a bailar.
Yo aprendo a bailar, salsa, con sus otros ingredientes, como el cha cha cha, la bachata y amigos. Todo de a poco. Pero últimamente varias personas, entre compañeros, asistentes y profesores me dicen que tal vez, puede ser que yo tenga eso. Esa chispita, eso que se necesita. No se que será eso, pero tal vez lo tengo. No queria creerlo en un primer momento. Pero ahora empiezo a creermelo, tal vez si tengo eso. El nombre no lo descubrí, si es talento, pasión, carisma, o simplemente soy tan caradura como para prestar atención y avanzar soezmente por niveles complicados.
No quiero emocionarme, no quiero desilusionarme, por lo que cauteloso, avanzo a pasitos, de vez en cuando me animo a pegar un saltito. Pero cada vez creo más que tal vez tenga eso. Y si lo tengo va a ser super genial.

lunes, 25 de enero de 2010

Postal Nº 2

Empiezo con la número dos, porque la primera la consideró la tela de araña de hace unos cuantos días.
Esto lo encontré haciendo velero por internet, es una fotografa que a mi parecer desborda talento. Por ende, de vez en cuando, cuando tenga permiso y no tenga nada para llenar este que es mi espacio, voy a colgar algo de ella, porque me gustan sus fotos.
Sin más vueltas, con ustedes, Carla Percivale.



Si mi investigación es correcta ellas son "Blanca" y "La Negra".

sábado, 23 de enero de 2010

Perfección




Especialmente dedicado a Clarita, para que veas que el verano tiene sus pedacitos de cielo, equivalentes a un Nesquik caliente en una noche lluviosa de Julio. Un vaso helado, transpirante, chorreante y con hielo de soda. Soda fría, que refresca tu garganta. Aaaaahh!! (suspirando y exhalando aire).



Despues de sacarle la foto me lo tome. :)

miércoles, 20 de enero de 2010

Movimiento

Pensando que aún es verano, estoy ideando en mi cabeza una reunión, con amigos. Sin segregaciones, ya sean universitarios, salseros o del camino, pero los convoco. Corran la voz, y cuando todos (o una gran mayoría regresen de vacacionar) nos juntamos y hacemos un corto en stop motion y de paso hacemos el corto que Diego ideo en sueños con su nueva cámara videográfica

martes, 19 de enero de 2010

Vieron cuando ustedes tienen un montón de ideas y pensamientos. Pero cuando tratan de recordar alguno no pueden...

Eso me pasa a mi.

Como que no tengo ganas de hablar de cosas profundas, tampoco interesantes, ni polémicas.

No quiero que discutamos el trasfondo político de la "ayuda" de los gobiernos para los infortunados Haitianos. No me interesa el fútbol de verano. Me cago en los chimentos de los "famosos".

Solo quiero no hacer nada, rascarme la panza, tocar mi ombligo salido para afuera, tocar la guitarra, escuchar y bailar música, y no tener calor.

To July ♫

Esta es la historia de una princesa, su papá, una mariposa y el Príncipe Kinoto Fukasuka.
Sukimuki era una princesa japonesa. Vivía en la ciudad de Siu Kiu, hace como dos mil años, tres meses y media hora.
En esa época, las princesas todo lo que tenían que hacer era quedarse quietitas. Nada de ayudarle a la mamá a secar los platos. Nada de hacer mandados. Nada de bailar con abanico. Nada de tomar naranjada con pajita. Ni siquiera ir a la escuela. Ni siquiera sonarse la nariz. Ni siquiera pelar una ciruela. Ni siquiera cazar una lombriz. Nada, nada, nada. Todo lo hacían los sirvientes del palacio: vestirla, peinarla, estornudar por... –atchís–, por ella, abanicarla, pelarle las ciruelas. ¡Cómo se aburría la pobre Sukimuki!
Una tarde estaba, como siempre, sentada en el jardín papando moscas, cuando apareció una enorme Mariposa de todos colores. Y la Mariposa revoloteaba, y la pobre Sukimuki la miraba de reojo porque no le estaba permitido mover la cabeza.
–¡Qué linda mariposapa! –murmuró al fin Sukimuki, en correcto japonés.
Y la Mariposa contestó, también en correctísimo japonés:
–¡Qué linda Princesa! ¡Cómo me gustaría jugar a la mancha con usted, Princesa!
–Nopo puepedopo –le contestó la Princesa en japonés.
–¡Cómo me gustaría a jugar a escondidas, entonces!
–Nopo puepedopo –volvió a responder la Princesa haciendo pucheros.
–¡Cómo me gustaría bailar con usted, Princesa! –insistió la Mariposa.
–Eso tampococo puepedopo –contestó la pobre Princesa.
Y la Mariposa, ya un poco impaciente, le preguntó:
–¿Por qué usted no puede hacer nada?
–Porque mi papá, el Emperador, dice que si una Princesa no se queda quieta, quieta, quieta como una galleta, en el imperio habrá una pataleta.
–¿Y eso por qué? –preguntó la Mariposa.
–Porque sípi –contestó la Princesa–, porque las Princesas del Japonpón debemos estar quietitas sin hacer nada. Si no, no seríamos Princesas. Seríamos mucamas, colegialas, bailarinas o dentistas, ¿entiendes?
–Entiendo –dijo la Mariposa–, pero escápese un ratito y juguemos. He venido volando de muy lejos nada más que para jugar con usted. En mi isla, todo el mundo me hablaba de su belleza.
A la Princesa le gustó la idea y decidió, por una vez, desobedecer a su papá.
Salió a correr y bailar por el jardín con la Mariposa.
En eso se asomó el Emperador al balcón y al no ver a su hija armó un escándalo de mil demonios.
–¡Dónde está la Princesa! –chilló.
Y llegaron todos sus sirvientes, sus soldados, sus vigilantes, sus cocineros, sus lustrabotas y sus tías para ver qué le pasaba.
–¡Vayan todos a buscar a la Princesa! –rugió el Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago.
Y allá salieron todos corriendo y el Emperador se quedó solo en el salón.
–¡Dónde estará la Princesa! –repitió.
Y oyó una voz que respondía a sus espaldas:
–La Princesa está de jarana donde se le da la gana.
El Emperador se dio vuelta furioso y no vio a nadie. Miró un poquito mejor, y no vio a nadie. Se puso tres pares de anteojos y, entonces sí, vio a alguien. Vio a una mariposota sentada en su propio trono.
–¿Quién eres? –rugió el Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago.
Y agarró un matamoscas, dispuesto a aplastar a la insolente Mariposa.
Pero no pudo.
¿Por qué?
Porque la Mariposa tuvo la ocurrencia de transformarse inmediatamente en un Príncipe. Un Príncipe buen mozo, simpático, inteligente, gordito, estudioso, valiente y con bigotito.
El Emperador casi se desmaya de rabia y de susto.
–¿Qué quieres? –le preguntó al Príncipe con voz de trueno y ojos de relámpago.
–Casarme con la Princesa –dijo el Príncipe valientemente.
–¿Pero de dónde diablos has salido con esas pretensiones?
–Me metí en tu jardín en forma de mariposa –dijo el Príncipe– y la Princesa jugó y bailó conmigo. Fue feliz por primera vez en su vida y ahora nos queremos casar.
–¡No lo permitiré! –rugió el Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago.
–Si no lo permites, te declaro la guerra –dijo el Príncipe sacando la espada.
–¡Servidores, vigilantes, tías! –llamó el Emperador.
Y todos entraron corriendo, pero al ver al Príncipe empuñando la espada se pegaron un susto terrible.
A todo esto, la Princesa Sukimuki espiaba por la ventana.
–¡Echen a este Príncipe insolente de mi palacio! –ordenó el Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago.
Pero el Príncipe no se iba a dejar echar así nomás.
Peleó valientemente contra todos. Y los vigilantes se escaparon por una ventana. Y las tías se escondieron aterradas debajo de la alfombra. Y los cocineros se treparon a la lámpara.
Cuando el Príncipe los hubo vencido a todos, preguntó al Emperador:
–¿Me deja casar con su hija, sí o no?
–Está bien –dijo el Emperador con voz de laucha y ojos de lauchita–. Cásate, siempre que la Princesa no se oponga.
El Príncipe fue hasta la ventana y le preguntó a la Princesa:
–¿Quieres casarte conmigo, Princesa Sukimuki?
–Sípi –contestó la Princesa entusiasmada.
Y así fue como la Princesa dejó de estar quietita y se casó con el Príncipe Kinoto Fukasuka. Los dos llegaron al templo en monopatín y luego dieron una fiesta en el jardín. Una fiesta que duró diez días y un enorme chupetín. Así acaba, como ves, este cuento japonés.


Maria Elena Walsh

lunes, 18 de enero de 2010

Hoy no hay nada que contar. Solo pasaba para avisarles. Lo que si es que el contador de visitas superó las trescientas, lo cual significa que hay gente muy al pedo.

sábado, 16 de enero de 2010

Desentendimiento

Transeúnte:-¿Sabés donde está la parada del 242?.

(Luego de voltear y ver hacia el poste de iluminación en donde el cartel de parada del colectivo 242 se asomaba)

Yo:-No.

jueves, 14 de enero de 2010

Freedom

Sentí un alivio tan grande cuando decidí no seguir con estos interminables capítulos.
Verán, llegué a un estado en que el blog dejó de ser mi medio de expresión a causa de que dejé que mi ego fuera endulzado por las críticas modestamente buenas que recibió en general; o sea que dejó de ser un hobbie para ser una responsabilidad, o al menos así me sentía, presionado por las dulces garras de la aceptación, del aplauso literario.

"...El aplauso. Que sonido tan solitario, enemigo de la verdad, demasiado amigo a veces, pero nunca real. Calor que termina devorándome en sus flamas..."


Más claro, imposible. Además, el hecho de que haya gente que me siga (gracias, desde ya), no significa que yo tenga que considerar ESO como un factor a la hora de escribir ¿Verdad?. Ya que eso constituiría un "ruido" en nuestra comunicación escrita. Así que corte de raíz el problema, aprovechando las ventajas de la internet, dejo inconclusa mi primera "obra". Si Bethoveen se dió el lujo de dejar inconclusa la última, por qué no yo la primera (si, me comparé con Bethoveen, ¿y?).

miércoles, 13 de enero de 2010

Paréntesis





No me gusta en la posición que yo mismo me puse comenzando a escribir esta "cosa" intitulada. Por lo que simplemente voy a parar, y cuando tenga ganas e inspiración literata la voy a seguir. Y todo esto lo hago porque es mi blog y tengo ganas y esto es una monarquía absoluta. He dicho!

martes, 12 de enero de 2010

Capítulo VIII: La epifanía

-Listo Marcos, dijo Ale, ahora podemos ver donde estamos y ver donde están los demás. Cambié ciertos datos y ahora cada uno de nosotros aparece como una letra en vez del blip que tenía, me pareció más cómodo.
-Perfecto, gracias.
Nos pusimos en marcha, según aparentaba el soleado día, eran alrededor de las 3 de la tarde. en parte lo sabía porque había desayunado y ya tenía hambre otra vez. Por lo que nuestro camino comenzó en dirección Oeste en lugar de ir hacia el norte, porque pese a tener tecnología de última generación, no me resulta fácil matar con el estómago vacío.
Previamente nos vestimos con la ropa verde tradicional para cubrir nuestro chalecos y no ser vistos fácilmente. Caminamos incesantemente, podía escucharlos hablar, de la emoción que sintieron al disparar, que el retroceso del arma casi los hace caer, etc. Una típica charla de niños con juguete nuevo. Luego de dos horas, llegamos a lo que parecía un almacén. Estaba bien custodiada por cuatro guardias.
Nos desplegamos en tres grupos de dos personas, siempre un hombre y una mujer, Ale y Mónica fueron por el frente, mientras que James y Johanna subieron a un tanque de agua con el PSG, y por último, Verónica y yo fuimos por detrás.
Mis nervios hacían temblar mis manos, no podía dar pasos sigilosos. Entonces, antes de lo que hubiera deseado, tuvimos que actuar. Uno cayó por la puntería telescópica de Johan. mientras que otros dos murieron baleados por Mónica; pero uno no estaba, de repente desapareció.Vero avanzó hacia la puerta dispuesta a entrar en el reservorio de víveres, pero desde dentro la avanzó el perspicaz guardia, el cual la tomo del cuello y puso un arma en su cabeza.
Sorprendidos, todos se atornillaron al piso y tiraron sus armas, justo como ordenaba el vigilante. La frustración y la ira me invadieron, y en mi imaginación podía verme encestándole el cuchillo en la cara al soez dominador; por lo que, al igual que en la base, mi mano tomo el chuchillo de mi pierna derecha y lo lanzó con fuerza, para atinar entre los ojos al bastardo, que cayó sin vida mientras que su rehén lo miraba inmutable.
Fue en ese preciso momento que todo me cerró. Los trajes no tenían más función que coordinar el cuerpo y la mente, de ahí los impulsos eléctricos en la cabeza. Todo pensamiento se reflejaba en un movimiento corporal, por ende, todo o que yo piense en hacer, el cuerpo obedecería a causa del traje, como un titiritero y su muñeco, mi cuerpo era la marioneta de mi cabeza.

lunes, 11 de enero de 2010

Capítulo VII: Bautismo de fuego

Me figuraba escenas de películas, cuando alguien tomaba el picaporte y asimismo la puerta era golpeada por el otro lado.
No quería averiguar que o quienes estaban del otro lado. Vacilé, pero aun así abrí la puerta y allí habían dos mujeres paradas con la mirada vacía, como esperando que les hable, las miré fijamente por un instante y en ese preciso momento me empujaron, caí sobre ellas al suelo y escuche por vez primera el sonido de un arma dispararse. Imaginé que seria un "bang" como en las películas, pero no podría ser mas distinto. Suena como el ruido que hacen las máquinas mecanográficas de hace un siglo. "Taca taca taca taca taca...", volteé y me sorprendí al ver a los 5 con sus armas desenfundadas, los cargadores vacíos cayendo al piso y un ligero humo blancuzco saliendo del cañón. Giré nuevamente para ver a lo que ellos habían disparado para encontrarme con un grupo de 10 personas con chalecos como los nuestros, pero de color rojo, tirados todos muertos en el suelo.
-Pensé que habías visto al computador antes de abrir, ironizó el negro, había puntos rojos cuando golpearon.
Me sentí nuevamente como un idiota, y cada vez más desvalorizado como capitán. Traté de idear lo más rápidamente una idea brillante como para aprovechar este descubrimiento; no solo monitorea nuestra posición, sino también la de los del equipo contrario.
-Tengo una idea, dijo Mónica, si hay alguna forma de meter ese programa en el GPS que guardé en mi ropa interior cuando arribamos.
-Yo me encargo de eso, aseguró Alejandro.
Por mi parte, junto con los demás que no estaban en la computadora, revisamos los cuerpos, y encontramos munición genérica para las armas y además dos de ellos tenían en su poder dos PSG-1 de alta precisión con municiones, los cuales tomamos.
Estaba seguro que a partir de ese momento, el grupo sufrió un cambio, sus miradas ya no eran las mismas, habían perdido "ese" miedo agobiante, sino que ahora ellos estaban a la altura de la situación y nada se interpondría entre ellos y su libertad.

domingo, 10 de enero de 2010

Capítulo VI: Conoceme, después condename

Todos estaban atónitos por lo que acababa de sucitarse, incluyanme a mi, que no podía creer lo que hice incluso sin ver mi propia nuca.
-¿Como hiciste eso? Preguntaron a coro.
Estupefacto, blandía el chuchillo con mi mano derecha y el minúsculo dispositivo, que para mi tenia la función de GPS humano, estaba en el suelo, azul, activado. Trataba de deducir lo sucedido, pero no entraba en mi razonamiento.
-No se, solo lo hice, balbuceé, No entiendo nada.
-Por lo pronto, eso no importa, tenemos que hacer algo. Hace horas que estamos haciendo poco y nada para salir. Aseguró Alejandro.
-¿Tenemos?, inquirió un moreno, No se quién es ninguno de ustedes, y no se por qué debiera confiarles mi seguridad.
-Tenés razón, debemos tratar de unirnos, sino vamos a durar menos que un M&M allá afuera.
-¿Qué pensás que es esto, una colonia de vacaciones?. Esto va en serio y no voy a perder mi tiempo en estupideces. Yo me voy, el que quiera, que me siga.
No vi quién, ni cuantos atravesaron el umbral de la puerta. Tampoco me importaba; mi cabeza era una máquina de vapor y trataba de entender todavía el evento del cuchillo. Repentinamente alguien me sacudió, me golpearon en la cabeza como tratando de bajarme de la nube en la cual estaba. "Solamente quedamos 5 y vos", eso fue lo que pude entender. Dándome cuenta que en el poco tiempo que llevaba como capitán del equipo había perdido a prácticamente toda mi tropa.Volteé y vi quienes todavía creían que valía la pena llamarme "jefe". Eran 3 mujeres y 2 hombres. No me sorprendió verlo a Ale, sino ver al musculoso mulato que aseguraba no confiar en mi, ni en nadie.
-Pensé que ibas a largarte, le dije al negro.
-No soy tonto, prefiero estar con la persona que usa el cuchillo como un bisturí porque algo se trae.
-Emm, ¿Gracias?.
Risas, gracias a Dios. Por primera vez pude oir ese melodioso sonido que embriaga. Todos rieron, me relaje y eso fue el puntapié inicial de una charla. Nos dispusimos a entablar un lazo, por débil que fuera, para mantener al grupo que sobró después de la división inicial, las muertes del granero y el abandono final. Dieciseis comenzamos siendo, huyeron cuatro, murieron tres y se fueron otros tres.
Así comenzamos a contarnos nuestras historias.

Alejandro: 18 años, tez mulata, 1.70 metro. Delgado, con mucha capacidad intelectual. Detallista, rozando lo obsesivo. Habla elegantemente y camina mejor. Dice que lo envió su odiado padrastro a ese lugar y vive con su madre y hermanas. Le gustan los comics. Mira las cosas negativamente, para poder sorprenderse cuando se equivoca. Asegura que no le gusta la violencia pero todo el tiempo sentencia "Sic vic pacem, parra bellum" como dice The Punisher (Si quieren paz, preparense para la guerra).

Johanna: 30 años, caucásica, 1.58 metro. Respeta la ley de las proporciones, todo en ella es minimista, tenaz, busca la manera de resolver ella misma sus problemas. Aparenta tener buena puntería ya que mientras charlábamos atinaba a encestar bolitas de papel que arrancó de una carpeta en un cesto.Buscaba un lugar en donde relajarse, vive de su trabajo como vendedora de propiedades en una inmobiliaria llamada "Jose Luis Ferrin" en San Justo. Vive sola y no tiene pareja.

Mónica: 26 años, tiene piel color café con leche, pero más café que leche. Jovial, bastante bonita, tiene pelo rubio furioso. Parece ostentosa y se expresa de manera déspota. Aparenta mucho pero en sus ojos se lee el miedo que siente, pero no quiere admitirlo. Es abogada, por lo que justifica su férreo carácter. "La vida es una selva" es la frase que más repite

James alias "Negro" o "Grone": 25 años, tiene piel negra como el café. Cubano. Por más que tenga el chaleco, su físico es impactánte. Domina artes marciales, y según sus palabras formó parte de un cuerpo elite del ejército de su país (lo cual es bastante conveniente para la situación ¿verdad?). Vende joyas en capital federal y vino con un amigo suyo, el cual está en el otro bando (lo cual también es muy conveniente) y le gusta bailar, como a cualquier cubano. "Actúa y luego piensa" es su lema

Verónica: 20 años, tiene piel blanca, morocha con ojos turquesas. Personalmente me resulta deleitable verla. Es artísta, por lo que no resulta rara su comportamiento y expresión bohemia. Asegura que nos sabe por qué decidió venir, dice que siguió un impulso. Tiene una caminar vacilante, como si pensara si dar el siguiente paso vale la pena. "Mirá más allá de tus ojos", su latiguillo.

De haberla conocido en otro contexto mi actitud hacia ella podría ser otra. Pero mi narcisismo no me permite no sobrevivir primero.
Comenzamos a planear algo para movernos, luego de imprimir una imagen satelital del mapa para cada uno nos dispusimos a irnos cuando de repente, golpearon la puerta...

sábado, 9 de enero de 2010

Capítulo V: Puede Fallar

Irrumpí en el granero con una patada que rompió las puertas de dos metros de alto y vi algo llamativo, de las quince personas que abandoné cuando me llevaron a la base, solo quedaban once y todos se habían segregado en pequeños grupos de no más de cuatro personas. Un grupo de cuatro, los cuales charlaban amenamente sin haber tocado sus bolsas, dos grupos de tres, los cuales revisaban y manoseaban sus armas y Alejandro, que estaba solo, sentado en un rincón mirando al vacío.
Cuando entré todo me miraron con extrañeza sin entender que me había sucedido, sin mucha palabrería empecé a distribuirles los chalecos y una vez terminado le hablé por primera vez a mi pelotón.
-Estamos en este lugar metidos a la fuerza y nos dieron esto para que escapemos.
-¿Para que sirven?, Contestó una muchacha con desconfianza.
-No lo sé, repliqué, Pero con ello va a resultar más fácil.
-¿Quien sos?. Preguntó desafiante un hombre morrudo y alto, aunque fuera de estado.
-Me dijeron que soy el capitán, pero sólo quiero irme de acá.
Decidí no decirles lo que sucedería al colocarse el chaleco, para que ninguna dudara en ponérselo. Me senté en el suelo y esperé, algunos los inspeccionaban y otros comenzaron a calzárselos. Para mi suerte, todos se los colocaron a la vez y comenzó una escena que aún me atormenta en sueños.
Todos comenzaron a sufrir el cambio corporal, gritaban y se agitaban como peces fuera del agua, pero no fue eso lo peor. Algunas personas sufrieron transformaciones físicas increíbles, el hombre gordo empezó a adelgazar a una velocidad inhumana, su cuerpo se deformaba y sus órganos se movían dentro de su cuerpo y cambiaban de tamaño, Aún no entiendo el porque me acerqué al hombre corpulento y vi que brotaba sangre de su boca, sus oidos y sus ojos. De los once que encontré, tres fallecieron tras la "maximización", como la llamo, de sus cuerpos.
Todos estaban nerviosos, yo también , pero no podía mostrarlo, porque alguien debía mantener la calma; en eso me acuerdo de Alejandro y lo busco con la mirada, tenia una expresión en su rostro que me tranquilizó, entonces nos dirigimos hacia la base para revisar lo que nos habían preparado.
Entramos y la computadora estaba prendida como la dejé, primeramente revisé los armarios y encontré un cuchillo de combate con una nota; "para el capitán", decía; después de ello revisé el computador para encontrarme que solo había un icono para activar cuyo nombre era "seguimiento". Al activarlo se escuchó un pitido.
-"Una luz azul se encendió en tu nuca". Una voz femenina muy suave y al voltear vi a otra muchacha que me señalaba. En la pantalla aparacía un gran mapa dividido en cuadrículas en la cual una estaba con 9 puntos celestes en un lado y tres un poco más alejados, los cuales debían ser los cadáveres, deduje que todos debían tener algo que emitía una señal para monitorizarlos desde ese lugar. En ese mismo momento desee poder quitarme con el cuchillo de caza eso, sea lo que fuera. Automaticamente mi brazo tomo el cuchillo e hizo una incisión milimétrica en el cuero, dejando solamente una esfera de un centímetro.
Acababa de hacer el más importante descubrimiento que necesitaría en ese extraño lugar.

jueves, 7 de enero de 2010

Capítulo IV: Tecnología de punta

No salia de mi asombro con lo que escuchaba, me parecía poco peculiar ser elegido capitán por agarrar fuerte mis pertenencias, era una razón bastante estúpida de hecho, por lo que yo pensaba que debía ser una broma lo que estos señores me anunciaban.
Luego de la pequeña charla que sembró aún más dudas y dejó muy pocas certezas, el grupo de encargados se largaron del lugar. La "base", según los aparentes soldados, era un único salón que no superaba los 6 metros de ancho y para recorrerlo a lo largo se necesitaban unos pocos pasos, había estanterías a la izquierda y un armario plateado a la derecha. Enseguida y todavía con mi nariz goteando pequeños rubíes carmesí empecé a revolver la bolsa verde musgo que me tiraron encima. Efectivamente comprobé que en ella había unos chalecos que aparentaban estar hechos de un cuero fino, pero aun así resistente, ya que traté de romperlo con una Vitorinox que guardaba celosamente en mi bolsillo. El material se asemejaba al neopreno y era corto, de unos 35 centímetros de alto, además unida al cuerpo había una pequeña capucha que no evidenciaba ser de mi tamaño. Como no tenía muchas alternativas, me coloqué el chaleco como pude, con fuerza de insano mental, sacudía la prenda como una camisa de fuerza para intentar vestírmela, una vez conseguido eso, traté de subir el delicado cierre sin romperlo en el intento.
En ese mismo instante en que el se cerró la chaqueta, comencé a sentir una extraña sensación en mi cuerpo, el traje se adapto a mi fisionomía, y sentí como pequeñas descargas eléctricas que picaban como terminas mi cuerpo. Mi cuerpo temblaba y me quemaban los músculos, como si hubiera ejercitado por días, semanas quizás, mi cuerpo comenzó a desarrollarse en musculatura, y mis sentidos se agudizaron a un nivel que no pensé jamas existiera. El dolor que generaba era tortuoso, y continuó pro unos pocos minutos que se tornaba interminables, agonía semejante a ser electrocutado, si es que alguna vez tuvieron el infortunio de elctrocutarse.
Luego de la sesión de dolor, caí desmayado al piso, no se cuánto tiempo fué pero repentinamente me puse de pie, había sido transformado, me ví reflejado en la pantalla apagada de la computadora, y noté que mi cuerpo estaba desarrollado físicamente a su máxima capacidad, me sentía fuerte, mi nariz ya no sangraba y una electrizante energía recorría mi ser, una seguridad inusual desde que llegué me envolvía. Encendí el computador, cargue el (ahora) liviano bolso con las herramientas y me dirijí raudo y veloz hacia el granero.

miércoles, 6 de enero de 2010

Capítulo III: La verdad

Me caía cada dos pasos con semejante bolso encima, además el sudor frío que recorría mi espalda me incomodaba, ¿A dónde me llevaban? ¿Que había en el saco? ¿Por qué me llevaban a mi a la "base azul"?. Caminamos unos 500 metros derecho del lugar en el que estaba y de lejos parecía un granero viejo y destartalado.
Al llegar al lugar, figureme que era un pequeño búnker oscuro, el cual se vio iluminado por el gigantesco visor de una gran computadora, en ella había divisiones en cuadrícula y se veían muchos lugares que parecían estar dentro del mismo "campamento".
Me sentaron en una silla y me ordenaron prestar atención entonces, el hombre que estaba encargado comenzó a explicarme lo que sucedía en ese inusual campamento.
-Estás en un campo de pruebas. Aseguró el oficial.
-¿Dónde? Repliqué.
-No importa, limitate a escuchar. Abrí el maletín, vas a encontrar material militar de tecnología de punta.
Me pareció raro que le diga "tecnología de punta" a un montón de chalecos de cuerina. Eran cortos, como para cubrir el tórax. tenían un cierre finito, como para que no moleste. Parecía la prenda característica de cualquier masoquista o metalero, sólo faltaban las tachas.
-Vas a darle estas prendas a toda las personas que estás asignadas a tu batallón.
-Perfecto, pero, ¿Qué está pasando acá?.
-Van a ser sujetos de prueba en un simulacro de escape, donde van a tener que infiltrarse en la base roja y secuestrar un tren para huir. Simultáneamente van a tener que sortear las guardias armadas...
-¿Armadas?. Es decir, que nos van a cazar y nosotros tenemos que sobrevivir.
-Algo así. Ustedes también van a estar armados, revisá en el fondo de tu bolsa. Vas a encontrar un M16 A4, una Magnum .50 automática y municiones para cada una de ellas. Todo tu pelotón va a estar armado de la misma manera y tu misión es llevarlos a todos a salvo hasta la salida, para lo cual vas a necesitar un tren.
-La carcacha en donde vinimos. Y ¿Por qué "tengo que"?
-Porque sos su capitán.

martes, 5 de enero de 2010

Capítulo II: ¿Qué mierda pasa acá?

Todos estaban desconcertados, los ojos se había acostumbrado mucho a la oscuridad del tren. En mi confusión, un par de manos me alineó en una fila de personas y nos gritaron que nos quedemos firmes.
Empezaron a agruparnos en grupos, no más de 15 o 20 personas. Parecía un campamento más, donde se hacen los duros, pero no. Repentinamente comenzaron a fusionar grupos, las razones eran simples, "porque yo lo digo" según el flaco vestido que parecía ser el que llevaba la batuta. Noté que en mi grupo había 16 personas y todos teníamos equipaje, lo que me llamó notablemente la atención. Más adelante descubriría la terrible razón detrás de esa clasificación.
Los grupos fueron uniéndose hasta que quedaron dos, los 16 de mi grupo y todo el resto de las personas de esta llanura.
Nos llevaron a una cabaña y a estas alturas, no dialogar con nadie me estaba sumergiendo en la insania mental, necesitaba obtener información, alguien que estuviera más informado, un rápido paneo por la única habitación me mostró que nadie estaba al tanto de nada, miedo, desesperación, inseguridad, miedo. Todos nos sentíamos igual, pero mi fastidio por mi nariz rota, por lo que me dijo un pedante enfermero con tono polaco, mi constante goteo sanguíneo y mi impotencia por descubrir quien había sido el culpable superaban todos los sentimientos anteriores.
Horas más tarde, algo me tomó por sorpresa, un hombrezuelo joven, no mucho menor que yo, moreno, rapado como reguetonero y con una cara irregular se acercó y me hablo, entablamos una conversación amena, como de costumbre con un extraño, de donde venimos, por que vinimos, qué pensábamos obtener y imaginar creatívamente con humor nuestro incierto destino.
Al poco tiempo me agrado Alejandro, y nos propusimos ayudarnos mutuamente en neutralidad.
Instantáneamente un grupo de hombres irrumpió en el cuarto, con bolsos grandes, más grandes que algunos pigmeos, bolsos de 1.30 metros de largo. Comenzaron a revisar nuestro equipaje y mi intolerancia desbordó y pregunte "¿Qué mierda pasa acá?". El mandamás me miro fríamente y se congeló mi nuca, tomó el bolso más grande, aparentemente pesadísimo, miró mi valija, miró mi documentación y sentenció "Es el único que tiene su propio bolso". Y acto seguido me arrojó el pesado bulto, dándose media vuelta entre carcajadas susurró, "te recomiendo que te tomes el tiempo de revisarlo" y agregó a sus colaboradores "llévenlo a la base azul"

lunes, 4 de enero de 2010

Capítulo I: La llegada

"Te vas a divertir", eso fué lo último que me dijo madre cuando salía de la estación del tren. No creí necesario desconfiar de un campamento de verano. Así que entré en el vagón del extraño tren rojizo.
Un viaje al sur del país, en Santa Cruz, donde no sabía que mi familia conocían personas. no me importaba mucho, pero lo que me agradaba era que no iba de viaje ni con mi hermano ni mi primo.
El símbolo en sus lados me parecía extrañamente familiar, pero no recordaba de dónde. El viaje en el comienzo fue tranquilo, el transporte no tenia asientos, y viajabas parados alumbrado por un pequeño y débil foco. Con el tiempo se torno incomodo ya que comenzó a entrar mucha gente, tanta que costaba respirar, pero acostumbrado a viajar en el Sarmiento no me parecía nada de otro mundo.
El pánico comenzó cuando todo se sumergió en la oscuridad, el foco se apagó y todos comenzaron a desparramarse al ritmo del tren.
En el trajín me golpearon la cara, y comencé como es costumbre a sangrar por la nariz y en la oscuridad no podía tantear mi valija, como para limpiarme con algo. El turbulento viaje estuvo plagado de gritos, manotazos, golpes y chillidos. Sorpresívamente el vagón se detuvo en seco y agarré con todas mis fuerzas mi equipaje, atravesé como pude el umbral y me quedé cegado por el intenso sol, para encontrarme con una llanura amarillenta y con cabañas, algunos puertos y mucho arsenal béilco.
¿Qué cuernos pasaba en ese extraño lugar?

domingo, 3 de enero de 2010

Calidad Asegurada

Tuve un sueño fantástico anoche, en el cual estaba en "Central Perk" junto con mis amigos Ale Cicala, Fede Roldan, Merce Remesar, Juli Bori y Gabi Gonzalez. No se bien si cada uno aplica a cada personaje y tampoco me importa, lo importante es que charlamos de cosas y cada uno desde la perspectiva que seguramente tendrían en la realidad, por lo que ahora tengo muchas cosas claras y estoy, por ende, de muy buen humor.
Esa parodia personal de F • R • I • E • N • D • S estuvo fenomenal.

sábado, 2 de enero de 2010

Asociación Libre I

Adoro "perder la noción del tiempo", porque quiere decir que no estoy bajo las ordenes del reloj, o sea que soy libre de todo, al menos por un rato, hasta que alguien me pregunta la hora, o caigo en la trampa de ver algún reloj de los cientos que hay por mi casa. Hoy me levanté pensando que era mediodía y cuando volví a caer en el tiempo, figureme que eran las cuatro de la tarde. ¿No es eso fascinante?

EL título de la entrada iba a ser "ocurrencias" pero rememorando lo que aprendí el año pasado en Psicología, el título que puse me pareció más sobrio.

Tengo ganas de ver a mi amigo Alejandro Cicala, porque al parecer tuvo una transformación y dejó su cuerpo adolescente, para apropiarse de uno joven y hermoso y ahora tiene la cabeza rapada y barba, y le queda fachero, además tiene que presentarme a su nueva pareja.

"La historia la escriben los que cuelgan a sus héroes".

Le pongo números a la entradas que veo que el titular genérico que les pongo me va a servir en el futuro, ya que no tengo TODO el TIEMPO ocurrencias tan originales para nombrar a mis entradas.

No me gusta poner más de una entrada por día, ayer lo hice excepcionalmente y espero no hacerlo seguido.

Odio que las telecomunicaciones estén tan cotizadas, porque a veces las personas pasan mucho tiempo, y a mi me gusta charlas con las personas viéndolas a los ojos.

Me gusta cambiar de opinión.

Me encanta hablar con desconocidos en momentos poco propicios, como cuando un colectivo se rompe, o cuando estoy apretado en el tren. Porque la gente no se lo espera y a veces responden muy amenamente y son charlas muy entretenidas.

El miércoles pasado me lastime la cara con una puerta.

Ingeniería



"No hay construcción más sublime, como la que hace la naturaleza"


No me gusta subir muchas cosas al mismo tiempo, pero me resulto fascinante el trabajito que hizo la araña :)

viernes, 1 de enero de 2010

Avatar

Si, generalmente no voy a los estrenos, porque me fastidia la conglomeración masiva de gente. Pero esta vez íbamos a ser muchos, con familia.
El cine estallaba, ningún asiento quedaba libre (Ah, además era en 3D), comienza, los efectos vuelan, y vos ahí, viendo como extrañas y pequeñas medusas te pasan por los ojos, casi tocándote la nariz en algunas ocasiones.
Y de repente, lo que no quería que pasara, un bebe empieza a llorar. La puta madre, ¿Qué clase de persona lleva a un hijo infante, y me arriesgaría a decir lactante, a una película digital en tres dimensiones?. Odio a la madre y al padre de esa criatura. Y odio (aunque entiendo) a esa criatura por llorar.
La película en sí no es mala, de hecho, es bastante buena, tiene muy buenos efectos y los contrastes que generan con los colores son hermosos. Los colores brillantes de las flores y plantes y pequeñas sabandijas son una característica fascinante en las escenas de noche y en las escenas de día todo es fascinante.
Como ya le comenté a varias personas, los colores son un genial viaje lisérgico sin la necesidad de requerir la sustancia.
En fin, si quieren una critica le doy una calificación acorde a la plata que se gastaron haciendola, pero no se si es un megafilm, está buena y punto, ya que la trama es un viejo cliché hollywoodense de "tenia que que seguir ordenes, te conocí, me enemoré de tí y ahora no quiero hacerte daño y quiero defenderte"